La batalla de las librerías

Una encantadora novela con temática literaria sobre una joven decidida  a salvar la querida librería de su tía abuela de la extinción, amenazada por la reluciente competencia nueva... que además está dirigida por el apuesto hijo de los rivales de su familia. El pintoresco y costero pueblo de Portneath ha sido el hogar de Capelthornes Books durante casi cien años La tienda, situada en el corazón de una calle principal que desciende de forma torcida desde el castillo hasta el mar, puede que esté algo deteriorada, pero para Jules Capelthorne, el mundo torcido y polvoriento de los tesoros literarios está lleno de preciosos recuerdos de infancia. Cuando su tía abuela Florence se vuelve demasiado frágil para llevar el negocio sola, Jules deja su trabajo inicial en una editorial londinense y vuelve a casa con la intención de hacer que el centenario de la librería sea una celebración inolvidable. Pronto, Jules descubre que las cosas están peor de lo que imaginaba: la librería está al borde de la bancarrota, es poco probable que llegue a celebrar su centenario y el contrato de alquiler está a punto  de expirar. Con una suma de seis cifras necesaria para salvarla, el futuro se presenta sombrío. Para empeorar las cosas, el propietario del local es el insufrible Roman Montbeau, de la adinerada familia local que posee la mitad de Portneath. Los Montbeau y los Capelthorne han estado enfrentados durante años, y está claro que Roman no ha cambiado; sigue atormentando a Jules como en su infancia. Recién llegado de una brillante carrera en Nueva York, viene decidido a revolucionar el pueblo y, de forma imperdonable, demuestra su punto de vista sobre el hecho de que Capelthornes sea una reliquia del pasado... abriendo una nueva librería justo enfrente: un reluciente emporio de libros con escaparates de cristal. Jules puede que no tenga el presupuesto de los Montbeau para promociones y marketing, pero tiene ideas propias y una tenacidad que podría ganarse hasta los corazones más duros y superar los conflictos más imposibles. Que comience la batalla de las librerías