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9,50 €Mike Hoolihan tiene nombre de hombre, voz profunda y modales que nadie definirÃa como femeninos, pero es mujer y le gustan los hombres, aunque siempre ha elegido a los que menos le convenÃan. Y luego ha tenido que ahogar sus tribulaciones en torrentes de alcohol. Pero en la actualidad está en dique seco, pues su hÃgado ya no puede soportar una sola gota más de consuelo. Y como Mike también es detective en el cuerpo de policÃa de una ciudad americana, tiene que enfrentarse ahora al peor caso de su vida sin nada que suavice un poco los atroces bordes de la realidad. Aunque, como ella misma dice, tras haber investigado cientos de crÃmenes, «peor» es un concepto muy elástico, que siempre puede dar cabida a algo más. La muerta, como decÃa Martin Amis en "Campos de Londres", «siempre hay una muerta», es la bellÃsima Jennifer Rockwell, hija del jefe de Mike, que tenÃa veintisiete años, era cientÃfica su área de trabajo era la astrofÃsica, y vivÃa desde hacÃa años con Trader Faulkner, un joven profesor de filosofÃa. Al parecer, eran la pareja perfecta y no habÃa nada que hiciera dudar de su felicidad. Hasta que un dÃa Jennifer, diez minutos después de que Trader se marchara del apartamento para dirigirse a su estudio, se suicidó de tres tiros en la cabeza. El padre de la joven perfecta, que ahora es una perfecta difunta, no puede creer que su hija se haya suicidado, y apremia a la detective para que investigue y encuentre al culpable que, según él, no puede ser sino Trader, el compañero de su hija. Y Mike seguirá paso a paso las señales que Jennifer, tal vez intencionadamente, ha ido dejando, y que conducen a un agujero negro tan insondable como los que estudiaba la joven cientÃfica...