Un telón de fondo que enmarca el centro del mundo, y un tiempo, nuestro maravilloso Siglo de Oro, en el que los nuevos pensamientos penetraban furtivamente desde el corazón de la vieja Europa, mudos polizones que se dispersaban por sus angostos caminos que, como ariete descomunal, harían tambalear los propios cimientos de la todopoderosa Cristiandad. Y una historia, tan fortuita como peligrosa, entre dos personajes principales que se conforman como la cara y la cruz de un mismo hecho, y donde todo gira alrededor «del invento del diablo»: la imprenta. Una mujer apátrida, María, obligada a manejar un negocio de hombres y extremadamente peligroso que convertía su propia vida en un azaroso juego mortal. Y un comisario de la Santa Inquisición, Diego, inspector de navíos en los ajetreados puertos fronterizos del reino de Castilla. Una relación altamente peligrosa que se conjuga con un hecho trágico y cruel que cambiará drásticamente la vida de ambos, cuando todo se desmorona alrededor y cuando Diego descubre que nada es lo que parece en su propia existencia. Una historia que tiene mucho más tiempo del que nadie podía imaginar.
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